Desconcertados siempre
desde las civilizaciones prístinas
que dejaron constancia (de su desconcierto)
Pueblos indígenas, ciudades estado, imperios hidráulicos
Desde la primera olimpiada
a la caída del Imperio
Crisis y plenitud del desconcierto
Inventamos la imprenta
Enterramos cadáveres
Asistimos al éxito
del Nasdaq
y al dudoso final de la edad presente
(A Protactínio)
jueves, 18 de diciembre de 2008
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